Montgomery Crompton
Montgomery Crompton | |
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Nombre | Montgomery Crompton |
Ocupación | Soldado, escritor y artista |
Sexo | Varón |
Nacimiento | circa 1775 Lancashire |
Soldado inglés autor del libro La vida como un dios enviado en 1801 a Egipto? bajo las órdenes del General Sir Ralph Abercrombie. Gravemente herido en combate, se recuperó después de varias semanas de una fiebre muy alta y una serie de lo que él dice eran visiones sobrenaturales, iniciándose en el culto secreto de la Hermandad del Faraón Negro. Como miembro del culto, Crompton presenció y participó en actos de tortura, asesinato y violaciones, así como en ceremonias mágicas extrañas, todo ello actos de adoración a este Faraón Negro. En 1805 regresó a Gran Bretaña donde, instalándose cerca de Liverpool?, él y un grupo de otros conversos británicos intentaron reproducir el culto y sus ritos depravados, antes de ser detenidos por las autoridades locales e internado en un manicomio.
Primeros años
Soldado inglés, artista, autor del libro La vida como un dios encontrado en la colección Carlyle y devoto miembro de la llamada “Hermandad del Faraón Negro”. Crompton detalla brevemente su vida antes de partir hacia Egipto? como parte del ejército del General Abercrombie. El hijo más joven de un miembro menor de la nobleza y parte de una extensa pero bien considerada familia de Lancashire, Crompton fue un mal estudiante, expulsado de la Universidad de Edimburgo por su frecuente hábito por la bebida y el juego, así como por exabruptos violentos en público. En contra de los deseos de su familia, Crompton decidió desarrollar una carrera como pintor, pero lo único que logró fue malgastar su mísera pensión en licor y juegos de azar.
Vida en el ejército
La madre de Crompton convenció a su padre para que, en lugar de desheredarle, adquiriera para él una comisión en el ejército, con la esperanza de que lo viera como una oportunidad de hacer algo de provecho con su vida. Crompton aceptó la comisión de mala gana y, excepto por el hecho de que finalmente le llevó a establecer contacto con su nuevo amo, el autor muestra un desprecio infinito respecto al tiempo que pasó en el ejército. Enviado a Egipto? junto a su regimiento, el 28º de Gloucestershire, Crompton fue herido en la cabeza por un sable de caballería francés en la batalla de Alejandría. Durante varias semanas Crompton languideció, bordeando la muerte, un tiempo durante el cual afirma que tuvo por primera vez visiones del ser al que acabaría conociendo como el Faraón Negro. Este ser le habló y le dijo a Crompton que Él era el único y verdadero Dios, y que todas las demás deidades no eran más que falsos dioses o meros reflejos de su gloria.
Entrada en el culto
Tras recuperarse, Crompton viajó a El Cairo donde se entregó a grandes cantidades de opio en un intento por reconectar con este nuevo dios. En lugar de eso lo que logró fue ponerse en contacto con un grupo de expatriados británicos de similar inclinación, según él gracias a visiones en sueños, los cuales le iniciaron en la Hermandad del Faraón Negro mediante una serie de orgías y rituales sanguinarios. Crompton se explaya ampliamente sobre la maravilla, belleza y verdad de su nueva fe – pero la mayor parte de lo que narra son ritos y rituales capaces de conmocionar y revolver el estómago del lector más encallecido.
Se cuentan los detalles específicos de los rituales del grupo, tales como la naturaleza sagrada de la luna nueva que Crompton compara con “la cara del Faraón de la Oscuridad vigilando el mundo”, así como ritos orgiásticos regulares y ritos mensuales de sacrificios humanos. También se discuten en detalle varias bestias terribles, incluyendo obscenidades sulfurosas mitad caballo y mitad murciélago, sinuosas serpientes aladas, o repugnantes y aborrecibles flautistas, amorfos e indescriptibles; y lo más espantoso es que estas criaturas se describen en el contexto de ser testigos e incluso partícipes de ambos tipos de rituales. También se describen los símbolos de la secta, incluyendo el ankh invertido y una especie de garrote rematado en un clavo metálico. No hay ningún registro de los rezos o invocaciones específicos del grupo, pero el texto está lleno de himnos rapsódicos alabando la grandeza del Faraón Negro, incluyendo una multitud de títulos honoríficos así como lo que aparentemente es su nombre egipcio, Nevrin Ka – o en ocasiones Nefrin o Nephrin Kha, la ortografía de Crompton es inconstante.
Regreso a Gran Bretaña
A pesar de que Crompton reconoce que tanto él como un cierto número de sus compañeros de la Hermandad regresaron a Inglaterra en algún momento alrededor de 1805 con el propósito de expandir el culto a su oscuro dios, se niega en redondo a dar demasiado detalle al respecto, aseverando crípticamente:
En varias ocasiones Crompton recibe visiones de los tiempos del reinado del Faraón Negro, incluyendo una audiencia personal con el mismo dios en su sala del trono. Crompton proclama apasionadamente y con frecuencia que está tanto cuerdo como destinado a la divinidad inmortal. Por ejemplo, en un párrafo en que asegura vehementemente que está “más en mis cabales que ningún otro hombre”, para afirmar poco después que “caminaré con mi Señor como un dios sobre las cenizas de los Imperios de los Hombres cuando hasta el mismo Cielo será sometido y la Luna invalidada.” Crompton está indudablemente loco.